Un animal jamás debería de ser objeto de regalo, al menos entendiendo como regalo una sorpresa que se le prepara a otra persona. Aunque evidentemente se puede regalar un perro, es importante seguir una serie de consejos antes de hacerlo:

-Saber que la otra persona quiere ese regalo y está dispuesta a asumir la responsabilidad. IWC Replica Watches No se puede pensar que a alguien le viene bien tener una mascota y a partir de ahí regalarle una. Tener un animal implica responsabilidades muy serias, hay que dedicarles tiempo y también hay que pensar en los gastos que puede suponer.

Un perro se puede poner enfermo, hay que vacunarlo y requiere de revisiones periódicas veterinarias además de gastos en comida, pipetas y juguetes. Hay que tener claro que de verdad se quiere tener un perro y no es justo para nadie que se le imponga mediante un regalo.

-En el caso de que el perro se regale a niños, se debe de asumir la responsabilidad. Por mucho que un niño afirme que va a ser el responsable del perro, es lógico pensar que no es maduro para asumir esa responsabilidad y que un adulto debe de responsabilizarse del animal, asegurándose de que el niño lo cuida debidamente.

También hay que tener en cuenta que si se le regala un perro a un niño, siempre con el consentimiento de los padres, debe de ser de una raza adecuada, ya que algunos perros son demasiado fuertes o grandes para poder jugar con un niño pequeño o no tienen un carácter adecuado para los más pequeños.

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- Elegir bien la raza. Ya no solo si se trata de un perro para un niño, sino también para un adulto. No es lo mismo un perro para vivir en un piso que un perro que tiene a su disposición una finca en la que poder correr y quemar energía.

Hay que buscar a un perro con un carácter adecuado para el tipo de vida que lleva la persona que se va a hacer cargo y no guiarse solo por el aspecto o porque le haya impresionado al vérselo a otra persona o en una película.

-Ante la duda, siempre preguntar. Si existe la más mínima duda de que el perro pueda ser un buen regalo para alguien, lo mejor siempre es preguntar. Se estropeará el factor sorpresa pero se evitarán disgustos posteriores si la persona no quiere hacerse cargo del animal.