Los gatos son animales muy sibaritas a la hora de comer, especialmente cuando son gatos caseros que están acostumbrados a tener caprichos y lujos. Pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que no coman por estar enfermos.

Todos sabemos lo peligroso que puede ser que un gato deje de comer, no hacerlo en un par de días puede causar daños hepáticos muy graves, sobre todo si el animal está con sobrepeso. Incluso puede acarrearle la muerte.

Por eso, si tu gato deja de comer lo primero que tienes que hacer es ir al veterinario para saber la causa. Pero si ya lo has tratado y de lo que se trata es de incentivarlo para que coma un poco más de lo que está haciendo, hay formas de conseguirlo.

Piensos especiales                             

Existen en el mercado piensos especiales que están pensados para incentivar al gato a comer. Su olor, su textura y sus sabores golosos hacen que el animal quiera comer un poco más de lo normal. Ya solo por el cambio el gato se sentirá estimulado a probar el pienso, pero si además de eso se le da algo que realmente es sabroso, es más fácil que coma una mayor cantidad.

Los caprichos en forma de sobre o tarrina con salsas también suelen tener mucho éxito, pero no te sorprenda que el animal solo chupe la salsa y deje los tropezones para ti. Es algo bastante frecuente en estos mininos.replicas relojes

Prueba también a cocer pescado fresco y mezclarlo con su comida. El olor y la textura del pescado les encantan y hará que les resulte más atractivo comer.

Vitaminas y estimulantes del apetito

Existen productos como vitaminas y estimulantes del apetito que se venden en tiendas de animales en forma de polvo y que se usan junto a la comida o bien para enriquecerla y que cono menos cantidad el gato tenga todo lo que necesita, o bien para hacerla más atractiva y que coma mayor cantidad. Es importante que si se hace esto se haga tras haber visitado al veterinario ya que hay que descartar siempre una enfermedad.

También existen tratamientos en casos más serios para estimular el apetitivo. Lo habitual es que el veterinario recete al gato unos antihistamínicos adecuados ya que esta medicación ha resultado ser muy buena para dar hambre. Eso sí, solo mediante control veterinario y solo en la dosis marcada, jamás se debe de automedicar al gato.